No recuerdo hace cuántos siglos nací Pero por alguna circunstancia que desconozco No puedo morir Mi primer siglo de vida fue el más surrealista Vi que El tiempo deformaba rostros como artista Luego el cabello pintaba blanco con su tinta Sin embargo fui ignorado, en mí nunca se fija Seguí joven Vi morir a familiares, padres, hermanos, amigos, gente de muchos lugares Seguí joven Vi a los hijos de sus hijos sufrir el mismo destino, tanto hombres como animales Y yo A todos los vi enterrados Cada muerte con el tiempo me hacía más desapegado Quise encontrar mi destino siendo un ser inadaptado ¿Debo sentirme maldito o el ser más afortunado? Lideré en los grupos, en varios fui desterrado Unos me creían farsante y otros un iluminado Un dios en el norte, un demonio en otros lados No veo diferencia entre ser temido y respetado Ser temido y respetado Miré el pie del poderoso posarse sobre los pobres Vi a los débiles unirse y vencer a sus opresores Vi a sabios llamados locos y a locos guiando naciones En cada generación siempre los mismos errores Miré el nacimiento del idioma en la escritura Ver pensamientos en tinta me parecía una locura Y es que es milagroso transmitir una cultura Tan sólo con la lectura a una generación futura Sin embargo Leí tanto hasta que me harté Ya no había tramas sobre temas sorprendentes Se repite, todo un cliché Un bucle eterno, misma historia y personajes Fue sublime el arte, la música y la pintura Durante milenios pura innovación, no cabe duda Y después Ninguna obra erizó mi piel Aunque había buenas, ni una de ellas se sentía bien Siempre vi que gente se aterraba por la muerte Y fantaseaban con la suerte de vivir eternamente Quizás, no vivieron suficiente Para entender que la vida no es valiosa sin la muerte Tuve riqueza, poder e intelecto Recorrí mares, bosques y desiertos Y a pesar de todo eso siempre sentí aburrimiento Y al aburrimiento suele acompañarlo el sufrimiento Lo acompaña el sufrimiento Me aislé del ser humano porque aunque éramos iguales Ya no encajaba con ellos, intelectos desiguales Me harté de mirar se creían intelectuales Pero para mí no lo eran más que el resto de animales Y conviviendo me parecían aburridos Con exceso de egoísmo, narcisismo empedernido Consideré que eran seres despectivos Y aun así debo admitir que extraño cuando estaban vivos Han pasado mil o cien mil años desde su extinción No hay rastro de vida en la tierra Y sin embargo, yo sigo aquí Condenado a vagar eternamente Entre los vestigios de un mundo que dejó de existir Y cuando la última estrella se apague Y el último astro colapse Yo seguiré aquí Anhelando que la muerte recuerde Que se ha olvidado de mí