Han brotado otra vez los rosales junto al muro en el viejo jardín, donde tu alma selló un juramento, amor de un momento que hoy lloro su fin. Tierno llanto de amor fuera el tuyo que en tus ojos divinos bebí. Ojos falsos que así me engañaron al ver que lloraron los míos por ti. Más los años al pasar me hicieron comprender la triste realidad. Que tan solo es ilusión, lo que amamos de verdad. Sin embargo cuando en los rosales renacen las flores los viejos amores con sus madrigales tornan como entonces a mi corazón. (×2) Cuando vuelvan las noches de invierno y se cubra de nieve el jardín, si estás triste sabrás acordarte de aquel que al amarte no supo mentir. No es mi canto un reproche a tu olvido, ni un consuelo te vengo a pedir, sólo al ver el rosal florecido: el sueño perdido lo vuelvo a vivir.